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LLÁMALO X, JAVIER HOEBEECK
¿Quieres la receta
de la felicidad?
La tenemos.
Aunque nos gusta Sabina, no estamos de acuerdo con él. Hemos logrado volver al lugar donde hemos sido felices. Al menos por una noche y en lo que a gastronomía se refiere. El 20 de junio, Javier Hoebeeck nos abrió las puertas de la que ahora es la cocina de su casa. Tras dejar Fusion 19 en lo más alto, con su estrella Michelin y su (G) en la Guía Transfer Class by Chefs(in), su trayectoria vital le sitúa hoy por hoy en un lugar idílico y con un significado muy especial para los mallorquines: lo que fue el Hotel Formentor, ahora llamado Hotel Four Seasons Resort Mallorca en Formentor. Javier Hoebeeck, 9 cocineros, 8 camareros y los 7 del staff de Chefs(in) para esa noche, o sea, 25 personas, nos pusimos al servicio de los 36 comensales que adquirieron una entrada, por una noche, a lo más cerca del paraíso que pudimos aproximarnos.
El objetivo no era sencillo. Ofrecer la receta de la felicidad, según Hoebeeck:
«Todo el mundo tiene una receta que nos hace felices. Las croquetas de la abuela, la tortilla de patata de papá para cenar, la pizza del viernes con peli y manta. Son sabores que nos obligan a sonreír involuntariamente, casi por instinto. Son pequeñas emociones que guardamos en nuestra memoria gustativa y que, nos hace viajar de tiempo y lugar. Porque somos (o éramos) felices comiéndolos.»
Había que transformar las croquetas, la tortilla o la pizza en el siguiente paso evolutivo, pero sin perder su historia y manteniendo la esencia Chefs(in) y el glamour de Four Seasons.
El resultado fue este:
APERITIVOS
Empezamos.
Croqueta de caldereta
Ancla con berberechos
Tartaleta de gilda
Vieira en escabeche
Croqueta de caldereta
Ancla con berberechos
Tartaleta de Gilda
Vieira en escabeche
MENÚ
Los platos de su receta de la felicidad
Un día me escapé
a robar tomates.
Tenía 3 años.
Tomate de ramallet
confitado y caviar
Mi viaje a Japón
Sunomono de gamba
roja mallorquina
Patas crujientes, caviar cítrico
y huevas de trucha ahumada
Un día
en verano
Albaricoque con Foie
Conectado con el mar
Tartaleta de erizo
Langosta con huevos fritos
Canutillo de Cangrejo azul
Cigala a la brasa con polvo de ajo y perejil
La primera vez que
comí pichón, abrí mucho los ojos y pensé “más”
Pichón curado al curry rojo
su patita guisada y las alitas
fritas con higo
El año
de la estrella
Helado de piña de árbol
y piñones caramelizados
Cuando
era un bebé
Mini plátano
de galleta y naranja
Me subía
a los árboles
Higos y chocolate
Un día me escapé a robar tomates. Tenía 3 años.
Mi viaje a Japón
Un día en verano
Conectado con el mar
La primera vez que comí pichón abrí mucho los ojos y pensé «más»
El año de la estrella
Cuando era un bebé
Me subía a los árboles
Dice Javier que, cuando tenía tres años, se escapó al huerto a robar tomates para cocinar; que, más o menos a la misma edad, se hacía sus propios sándwiches de mermelada, lo ponía todo perdido y luego lo limpiaba. Dice que los pinares sobre la arena son el hogar de sus veranos, que huelen a piña y caramelo, y que sus meriendas saben a albaricoque y bocadillo de paté de hígado de cerdo. Dice que no se perdía ningún programa de cocina en la televisión, pero que aprendió a cocinar con su abuela. Dice que siempre quiso llegar dónde está ahora y que la creatividad no tiene límites, aunque tener los menús estudiados y planeados le deja respirar con calma para poder imaginar. Luego, tímido, sonríe. Y dice que esta es su receta de la felicidad.
Pero no hablamos mucho más. Mejor míralo.
Pronto, más recetas felices de la mano de otros chefs y en otros lugares emblemáticos.
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