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En la playa de Canyamel, en el levante de Mallorca, un pequeño y discreto hotel te da la bienvenida. Nada más llegar comprendes por qué en su staff aparece la figura del anfitrión; te hacen sentir invitado en una casa amiga.
La claridad del mar se cuela por los rincones y la luz se multiplica reflejada en los coloridos y atrevidos cuadros del artista Gustavo. Cada habitación tiene el suyo. El restaurante es una sala de exposición permanente.
En algunos momentos sientes que el tiempo se detuvo en este trozo de Mediterráneo. Y en cierta manera así es. La historia del hotel se remonta a los años 50, cuando nació como Hotel Cuevas y recibía a los turistas que visitaban las espectaculares cuevas de Artà. Para llegar al día de hoy, Cap Vermell Beach Hotel ha vivido una reforma total pero su estilo sigue siendo vintage.
La palabra vintage también destaca en el nombre de su restaurante, junto a una fecha: 1934, año en que nació el pequeño restaurante Cuevas, sobre el que después se construiría el hotel. Entonces los platos estrella eran la paella, el pollo y el pescado frito. Ahora el sello de su cocina lo marca el chef Manu Pereira con una base de carnes y pescados frescos y su producto destacado: la langosta, que vive muy cerquita de su cocina, en un vivero excavado en la roca.
No tenemos ninguna duda de que Cap Vermell Beach Hotel es un lugar increíble para vivir Mallorca. Muchos lo escogen para sellar su amor eterno, mirando al mar. Nosotros le proponemos una buena excusa para acercarse a conocerlo: el Sunset Time, todos los jueves de agosto y septiembre, a partir de las 19 horas; un brindis a la puesta de sol. Después, quédese a cenar. Y salude, por favor, al gran Manu Pereira de nuestra parte.
